Marcos Ruiz nos
acerca a uno de los debates más candentes sobre las alternativas energéticas al
creciente y desmesurado consumo desde los países industrializados y sus
repercusiones en los países empobrecidos.
Habréis visto
recientemente por televisión un anuncio de una marca automovilística que
promulga su preocupación por las generaciones presentes y futuras con un coche
cuyo motor puede funcionar tanto con los combustibles tradicionales como con
bioetanol, o biocombustible, o agrocombustible.
Los agrocombustibles son la nueva propuesta para evitar la
dependencia del petróleo, reducir las emisiones de CO2 y contrarrestar así el
efecto invernadero. El prefijo "agro" indica su origen vegetal, ya
que estos combustibles se fabrican a partir de la soja, la palma aceitera o el
maíz.
Seguro que a lo
largo del párrafo anterior nos han salido al paso algunas preguntas. Veamos si
concuerdan con las que Eric Holtz-Giménez
se hizo y respondió en la edición española de Le Monde Diplomatique
el pasado mes de junio.
1.¿Los agrocombustibles
son limpios y protegen el medio ambiente?
Los
agroquímicos y todo el petróleo necesario para producir y transportar agrocombustibles contaminan aire, suelos y agua generando
más efecto invernadero. La Unión Europea depende de importaciones de agrocombustibles, desplazando el daño ambiental a terceros
países. El uso intensivo de fertilizantes nitrogenados comporta emisiones de
óxido nitroso, con un efecto invernadero 300 veces peor que el balance del CO2.
Numerosos estudios demuestran que el balance energético de estos cultivos
dependientes del petróleo es negativo.
2. ¿Los
agrocombustibles no implican deforestación?
Sólo en
Brasil se prevé la deforestación de no menos de 80 millones de hectáreas de
selva amazónica, equivalentes a la superficie de España e Italia. Antes de los agrocombustibles la deforestación es causa de un 18% de las
emisiones de CO2, la agricultura de un 14%. Cuando se contabiliza la
deforestación (por tala y quema) las emisiones totales por unidad de biodiesel
de palma rondan el doble del equivalente de gasolina. De hecho el gobierno
holandés se disculpó ante sus ciudadanos por haber promovido el biodiesel
derivado del aceite de palma al ver que se generaba más CO2 que con el diesel
convencional.
3. ¿Los
agrocombustibles favorecen el desarrollo rural?
En los
trópicos, 100 hectáreas dedicadas a la agricultura familiar generan 35 empleos;
la palma aceitera y la caña sólo 10; los eucaliptos 2; la soja, 1'5. Los
pequeños propietarios no acceden a créditos y no poseen suficiente tierra para
que producir agrocombustibles les resulte viable.
Sólo los cultivos de soja en América Latina han desplazado a cientos de miles
entre campesinos e indígenas.
4. ¿Los
agrocombustibles no causarán hambre y sed?
El pasado
2006 la demanda de maíz para producir etanol en EEUU provocó la subida del
precio de este alimento básico generando conflictos sociales en México y otros
países de América Latina. La "tortilla", base de la dieta mexicana
junto con los frijoles, duplicó su precio, lo que provocó auténticas
rebeliones. Duplicar el precio de un alimento básico en un país en el que se
considera que el 52% de la población infantil sufre desnutrición no es para
menos.
Los
ganaderos han padecido el encarecimiento de los granos necesarios para pienso
(soja, maíz, cebada) y el resto de los consumidores el encarecimiento de
alimentos básicos como el trigo y el arroz. Los grandes monocultivos son
vulnerables a las inundaciones y a las sequías, comportando mayor inseguridad
alimentaria en los países productores y un consumo de agua enorme. En España el
94% del maíz se cultiva con abundante regadío. 824 millones de personas padecen
hambre en el mundo pero los alimentos se destinan a la producción de
carburantes...
5. ¿Los
agrocombustibles de segunda generación están al
alcance de la mano?
Se están
estudiando procesos industriales para obtener etanol de la celulosa por
tanto podría dejar de ser necesario el uso de variedades alimenticias
(seguiríamos explotando la masa forestal). Esta opción requiere de mucha
investigación científica para desarrollar la biotecnología necesaria, 5 u 8
años. Tiempo demasiado largo para que se registre un beneficio para el
medioambiente o se establezca un mercado no alimenticio para los agrocombustibles. Los monocultivos de árboles no dam amparo a la biodiversidad, no son bosques, sino
desiertos verdes, consumen enormes cantidades de pesticidas y agua (pino y
eucalipto) y casi no requieren mano de obra.
Con sólo cinco
preguntas y respuestas, la propuesta de los agrocombustibles
para cumplir uno de esos Objetivos del Milenio (el desarrollo sostenible), no
puede menos que tambalearse. ¿Cómo puede ser que se plantee un remedio que es
peor que la enfermedad? Parece increíble que la alternativa verde sea sólo un
mecanismo para la alternativa económica y de mercado al petróleo y que sus
consecuencias sean aún peores. Parece mentira que sabiendo lo que sabemos se contribuya
aún más a la destrucción del planeta para continuar el negocio. Parece mentira
que encima nos lo quieran vender como la solución de las empresas -petroleras y
energéticas- concienciadas. Tal vez la pregunta definitiva sea
¿pero es que todavía pensamos que renunciarán a sus intereses y nos venderán
las cosas como son?
Más información
en:
Holtz-Giménez, Eric (2007)Le
Monde Diplomatique, junio
Marcos Ruiz
Biólogo
Referencia
bibliográfica: Ruiz, M. (2007) Biodiesel, biocombustibles, agrocombustibles...
¿qué es eso? en La Estafeta núm 3, julio. Oviedo: O'dam
ONGd
http://www.odam.info/la_estafeta/articulos
categorías: artículos